Mitos o Leyendas

La diferencia entre una leyenda y un mito, más allá de que se traten las dos de una forma de fábula, podría ser que la primera hace más concreto el relato épico, de una historia lineal en una sucesión de hechos que involucra a diversos personajes que se enfrentan a situaciones que deben afrontar entre sí. En la raíz de esa palabra encontramos la pista de que nos referimos tambien a una historia que es leída, leyenda, y nos dejaría entonces a los mitos un poco más lejos del inicio de la tradición escrita del hombre. En la raíz del segundo término parece referirse a aquello que no es verdadero o real, que puede ser mentira, mitómano, velado, oculto o misterioso. Los mitos describen situaciones sagradas relacionadas con lo cosmológico y cosmogónico. Buscando una explicación a aquello que el hombre arcaico no encontraba explicable, los fenómenos naturales que lo rodeaba en el paisaje que habitaba, y sobre cuestiones de la razón de su existencia en ese mundo. Un paisaje que lo transformaba con sus diversidades de montañas, llanuras o mares, y le daba a esos distintos pueblos características a sus mitos de acuerdo al color de cada región y pueblo, tambien de acuerdo a sus características de cazadores, agricultores o ganaderos en su sistema social. En los mitos encontramos un sistemas de verdades de ese mundo arcaico que trataba de explicarlo como un pensamiento metafísico para cada cultura. Desplazándose por los continentes, las diversas ramas de las comunidades humanas iban evolucionando hasta alcanzar un estadío megalítico, transmitiendo oralmente de generación en generación todos esos principios comunes al tronco fundacional de la familia humana, y que fue constituyendo el inconciente de nuestra especie.

Acerca de los mitos y las leyendas

La historia, tal cuál la explicamos en esta época, relata los acontecimientos de la humanidad y que dan cuenta de nuestra memoria universal. Si bien es a partir de la invención de la escritura que definimos la etapa llamada histórica, esto no significa que antes de que el hombre desarrollara esa forma de registro material, no tuviera otra manera de mantener y describir los hechos, en lo que sería la época prehistórica o arcaica de aquellos pueblos que existieron en ese período. El modelo de pensamiento que se desarrolló a partir del siglo XVIII, que nos explica y nos estructura hasta hoy en día, como el racionalismo o el positivismo, nos impide llegar a comprender lo que sentía realmente ese hombre arcaico o todo aquello que esté lejos de este paradigma contemporaneo. Desde esta visión cotidiana y horizontal los mitos y las leyendas forman parte de los libros que explican de forma académica las fábulas que heredó el hombre moderno de los grandes escritores griegos y romanos, todas esas historias paganas que llamamos mitologia. Historias de tradición oral que precedían en los tiempos a Apolodoro o a Ovidio, quienes fueron los primeros que volcaron de forma escrita las aventuras de sus divinidades. El escenario de esas historias era toda la cuenca del mar Mediterráneo y Europa, y tal vez habían llegado desde Asia menor. Desde aquí nos interesa analizar la cuestión del mito, porque es el lugar de donde proviene la fábula del Minotauro que vamos a desarrollar, si bien los mitos no serían exclusivos de esas poblaciones humanas. Tambien incluímos lo que refiere a las regiones de América, África o Asia en lo que estamos analizando, en los puntos donde se van a ir cruzando en el tiempo con los lazos o elementos comunes a estas historias. En principio partiremos desde la herencia grecolatína que nos encuentra en un contexto más familiarizado.