Monday, June 26, 2006

Asterión

El Hilo de la Fábula


El hilo que la mano de Ariadna dejó en la mano de Teseo (en la otra estaba la espada) para que éste se ahondara en el laberinto y descubriera el centro, el hombre con cabeza de toro, o, como quiere Dante, el toro con cabeza de hombre, y le diera muerte y pudiera, ya ejecutada la proeza, destejer las redes de piedra y volver a ella, a su amor.

Las cosas ocurrieron así. Teseo no podía saber que del otro lado del laberinto estaba el otro laberinto, el del tiempo, y que en algún lugar prefijado estaba Medea.

El hilo se ha perdido; el laberinto se ha perdido también. Ahora ni siquiera sabemos si nos rodea un laberinto, un secreto cosmos, o un caos azaroso. Nuestro hermoso deber es imaginar que hay un laberinto y un hilo. Nunca daremos con el hilo; acaso lo encontramos y lo perdemos en un acto de fe, en una cadencia, en el sueño, en las palabras que se llaman filosofía o en la mera y sencilla felicidad.

Cnossos, 1984. (de Jorge Luis Borges en Los conjurados, 1985)

Thursday, April 20, 2006

Wednesday, April 19, 2006

Tierra, Laberinto y Toro

El concepto mítico del laberinto se relaciona con la Tierra, y un elemento importante de esa relación es el Toro. Su variante híbrida mitad humana es el Minotauro, un tipo de transformación habitual que aparece dentro de la mitología Griega y de su zona de influencia, las hybris que encontramos en los centauros, faunos o sirenas. El toro es un animal sagrado para todos aquellos pueblos donde la subsistencia depende del ganado bovino. Símbolo de la brutalidad de la naturaleza, del caos y el desorden. Símbolo también de la fecundidad, de la simiente y de la vida. En la mitología asirio-babilónica este animal juega un papel destacado en su iconografía; en Egipto lo vemos transformado en el Apis de Menfis, que se lo asocia a la figura del rey que adopta la cultura minoica de la isla de Creta, por una clara influencia del país del Nilo sobre esta primera cultura europea en sus simbologías y religión, a través del intercambio comercial que existía entre ambos pueblos. Además es en Egipto donde se conoce la primera referencia a una construcción de tipo laberíntica como monumento a reyes como el llamado laberinto de Awhara. La mayoría de estos conceptos sobre laberinto, toro o rey a su vez provenían desde Anatolia, en donde la representación de la fuerza del monarca se apoyaba en la figura del sol. Encontramos entonces que en el culto religioso de la cultura minoica de la isla de Creta (donde se sitúa el escenario principal para la leyeda clásica del Minotauro) consistía en proseciones y rituales donde realizaban sacrificios, especialmente de toros, en grutas o en las cumbres de las montañas que abundan en la isla. Tambien este animal aparecía en medio de juegos de acrobacia donde jóvenes arriesgados saltaban dando piruetas sobre su lomo. Su sangre en los sacrificios y su cabeza con los cuernos, como la doble hacha, eran símolos destacados en esta cultura, y muy relacionados con la configuación de la Luna en su forma y en sus significados.

Monday, March 20, 2006

El mito del Laberinto


Este mito puede pensarse como una evolución desde el culto a las antiguas grutas o cavernas donde el hombre primitivo encontraba refugio y defensa, entrando en las entrañas de la Tierra, en el mundo inferior a la superficie y al alma humana, que descubre el misterio de la muerte y el renacimiento. En la metáfora del sexo femenino, la Tierra era la que proveía todo lo que rodeaba a ese hombre en el pasado, y descender al seno de la gran Madre representaba un retorno a ese origen, al mundo de los antepasados o de los infiernos. El mito fue evolucionando entonces, junto con las culturas en diversos aspectos. Desde una construcción hecha por el hombre para recrearlo como templo exterior o como imagen especular de lo subterraneo, o bien como imitación de una caverna propiamente dicha, artificial o mixta. Tambien se pueden considerar laberínticas representaciones de entrañas de animales sacrificados, con diseños que se repiten en las monedas cretences o monumentos de la mesopotámia y en la europa central. Esto se relaciona con la aruspicina o el oráculo a traves de la interpretación de esas víceras, como era tradicional entre los estruscos y los primeros latinos. En geografías donde el mar fue la fuente principal de sustento e idiosincrasia, las caracolas marinas y las grutas a orillas de las playas agregaro la forma espiralada como principio de trayecto laberíntico en esas culturas. Y hasta su representación en danzas de celebraciones de cambios de estación o de cosechas, donde los bailarines se entrelazaban en coreografías de meandros, juegos de niños o adivinanzas o ritos de marineros, tambien lo desarrollaron, y justamente estos últimos difundieron mayormente estos conceptos en sus viajes por el mundo antiguo dentro del intercambio comercial y mercantil entre Asia menor, Europa y África.

Friday, March 10, 2006

Leyendas en el mito


Dentro del mito del Laberinto y del Minotauro encontramos desarrolladas diferentes leyendas que los integran. Por ejemplo la leyenda del héroe solar que enfrenta a un monstruo para librar a los atenienses del tributo que tenían que ofreser al rey Minos de la isla de Creta, y que se parece mucho a otras leyendas de héroes más allá del propio Teseo, como la del rey sumerio Gilgamesh que tambien tiene que descender al mundo de los muertos, otra forma de laberinto, tal vez, y que incluso lo hacen de igual manera el Dante de la Comedia o el mismo Mahoma en otras historias y contextos culturales. Además de citar a los Ulises y Hércules de la cultura grecolatina. Aparece tambien la leyenda del rey Minos, personificación del dios de la fecundidad y de la justicia, señor del rayo o de la doble hacha, y de la lluvia. La leyenda de Ariadna hija del rey mencionado y hermanastra del Minotauro fruto de los amores de la reina Pasifae con el toro de Poseidón, y que por ilegítimo el rey lo encierra en un laberinto que le pide construir al gran arquitecto Deidalos, padre de Ícaro, quienes tratando de escapar de Creta, despues de que Teseo mata al Minotauro y Minos los castiga encerrandolos en el propio laberinto, usan unas alas de cera para volar hacia Sicilia pero Ícaro las pierde derretidas por acercarse demaciado al sol, etc... Y así podríamos seguir mucho más extensamente, pero es en esa forma que diferentes conceptos míticos se relacionan y compartes escenarios comunes del mediterraneo europeo.

Thursday, February 09, 2006

Tuesday, February 07, 2006

El mito en la leyenda


Esos símbolos escenciales en los mitos antiguos provocan una profunda atracción dentro de nuestro espíritu, nos reconocemos en ellos y nos emocionan más allá de que no cuenten hoy con el contexto sagrado de su época cada vez que los encontremos en cualquier libro sobre mitología. Encierran un enigma que, aparte de una descripción racional, no encuentran sentido de una solución que los devele; en ese caso dejarían de ser un misterio al que tratamos de comprender atrapados en un estado de tensión que busca resolverse. Entender los mitolegemas, sus símbolos religiosos, sus arquetipos en forma de divinidades antiguas, monstruos o héroes, o sus significados más profundos, es como revivir la situación emotiva que dió paso a la situación ritual en donde interactuaba el hombre arcaico con ese mito. Todo ritual que se desarrollaba en el mundo antiguo imitaba un arquetipo divino y ocurría en un estado atemporal de repetición fuera de un concepto cronológico de continuidad histórica, como lo entendemos hoy en día. En ese inconciente colectivo sin tiempo los recuerdos individuales de los hombres carecían de importancia. El acontecimiento histórico no tenía valor en ese mundo limitado a la repetición de actos, que adquirían un presente o llegaban a ser reales en la medida que participaban de una realidad que los trascendían. Todo acto era una repetición de lo que ya había vivido otro, que no tenía por que ser un hombre.